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Hoy en día, la cerveza es una de las bebidas alcohólicas más populares, pero lo que muchos no saben es que el zumo de cebada tiene una larga tradición. Según sabemos, los sumerios ya acostumbraban a beber un zumo de cereales fermentados hace unos 6000 años. En el sur de Egipto, la cerveza se consumía hace 2000 años como remedio contra las infecciones, y su elaboración también era habitual entre los galos. Pero la historia de la elaboración de la cerveza es mucho más antigua.
La cerveza no solo es una de las bebidas alcohólicas más populares, sino también una de las más antiguas. Los antiguos egipcios no eran los únicos que producían cerveza: también en Europa Central su producción está documentada ya en el tercer milenio antes de Cristo. Muchas culturas antiguas, como los celtas, los griegos y los romanos, bebían cerveza. Hasta ahora, los científicos suponían que las raíces de la producción de cerveza se remontaban al Neolítico. El Neolítico es la época de la historia que se define como la transición de las culturas cazadoras-recolectoras a las culturas pastoriles y agrícolas. En el llamado “Creciente Fértil” de Oriente Próximo, este periodo se data en torno al 9.500 a.C. En Europa central y noroccidental suele considerarse como el periodo comprendido entre el 5.800 y el 4.000 a.C.
Pero, como demuestran investigaciones recientes, la producción de cerveza es probablemente mucho más antigua: en 2018, un grupo de arqueólogos que excavaban en la Cueva de Rakefet, al sur de Haifa (Israel), hallaron indicios de que allí se había estado produciendo alcohol. Miembros de la llamada cultura natufiense, una comunidad recolectora semisedentaria y que se considera precursora de los primeros agricultores, vivieron allí ya en el Protoneolítico, hace unos 13.000 años. Residuos milenarios encontrados en vasijas de piedra demuestran que aquí ya se elaboraba cerveza a partir de cereales silvestres y otros aditivos vegetales. Los arqueólogos suponen que los natufienses elaboraban su cerveza para fiestas ceremoniales y consumían la bebida durante sus rituales dedicados a los difuntos, por ejemplo.

Sin embargo, la cerveza de la Edad de Piedra se parecía poco a los productos cerveceros actuales: La consistencia probablemente se asemejaba más a la de una papilla fina que a la de la cerveza de nuestros días. El análisis de los residuos de los morteros indica que la cerveza se elaboraba con siete especies vegetales diferentes, entre ellas trigo o cebada, avena, legumbres y fibras liberianas, como el lino. Los análisis de los gránulos de almidón de los restos vegetales revelaron, entre otras cosas, cómo se elaboraba la cerveza de la Edad de Piedra. Según su estudio, los natufienses utilizaban un proceso de elaboración dividido en tres partes: primero, dejaban germinar el grano en agua y lo volvían a secar – el resultado era la malta. Después, machacaban la malta en sus morteros y la calentaban. Por último, la almacenaban en vasijas para que fermentara. El resultado era un brebaje que contenía alcohol.
¿Qué tienen que ver la cerveza con el aire comprimido?

La “rubia refrescante” se ha convertido en una bebida popularísima en todo el mundo hasta nuestros días, y todo su proceso de elaboración funciona hoy de forma algo diferente a como lo hacía en los inicios de la historia. En la fabricación moderna de cerveza, totalmente automatizada, buena parte del proceso depende de un suministro confiable de aire comprimido apto para uso alimentario: es necesario como medio de transporte, para airear el mosto al inicio de la fermentación y para el llenado de botellas y barriles. Además, se necesitan grandes cantidades de aire de control para las numerosas válvulas y dispositivos de regulación. Por supuesto, este aire debe cumplir los requisitos higiénicos más estrictos. Aquí es donde entran en juego los nuevos compresores de tornillo seco CSG de KAESER, que se presentaron por primera vez a un amplio público en la Feria de Hannover de este año.
Seguridad alimentaria acorde a la ISO 22000
Para KAESER, suministrar pro-ductos seguros a los clientes de la industria alimentaria y satisfacer sus expectativas es una prioridad absoluta. Aunque los productos KAESER no entran en contacto directo con los alimentos, producen aire comprimido de la calidad requerida para el procesamiento de alimentos. Con el fin de garantizar el cumplimiento de estos requisitos de calidad de manera documentada, se integró en el sistema de gestión ya existente en KAESER un sistema de gestión de la seguridad alimentaria conforme a la norma ISO 22000. Se aplica al desarrollo y la producción de compresores exentos de aceite de las series CSG, DSG y FSG. Con la correspondiente estandarización de los procesos internos, KAESER garantiza procesos seguros, transparentes y eficientes en todos los departamentos. El valor añadido para el cliente: La certeza de que tanto los requisitos legales y oficiales como los requisitos del cliente y sus cambios se incorporan y aplican de forma coherente.
Presión respetuosa con el clima
El uso responsable de los recursos es una de las prioridades de KAESER KOMPRESSOREN. Desde hace algún tiempo, el KAESER Report, que se publica no solo en Alemania, sino en más de 50 países con filiales de la empresa o socios distribuidores locales, se imprime en un formato neutro para el clima. A principios de año, se tomó la decisión de ir un paso más allá: A partir de ahora, todo el material impreso en KAESER se imprimirá sin excepción de esta misma manera. Las emisiones de CO2 generadas durante la impresión se compensan apoyando un proyecto internacional de protección del clima.
Fotos: Kaeser Kompressoren y AdobeStock.